Me imagino que no buscas entre los muertos. ¿Me autorizas a usar la ironía? (Broma)
A mi tambien me parece legal, mas no razonable. Hubo un genocidio de por medio. No fue un pequeño problemita diplomatico. [/QUOTE]
Te complicas inutilmente, tendría que ser el genocidio del cuadro.
¿Sesenta años después? Justo cuando Juan Pablo II, comienza a preparar su visita de estado. Por favor, pienso que algo de política internacional sabes.Tambien estoy de acuerdo en que es lo mejor que pudieron hacer. Pero dado que los archivos siguen clasificados, me parece prematuro decir que instrucciones tenian los obispos. Nuevamente distinta vara. No se puede afirmar que PIO XII apoyo a Hitler porque los archivos estan clasificados... ¿pero si se puede afirmar que dio instrucciones de ayudar a los perseguidos? Esta mal negar algo por un motivo y afirmar lo contrario por el mismo motivo.
Si los obispos, lo decían, si los curas decían que sus obispos decían haber recibido ordenes de Roma, si los mismos judíos lo confirman, no hay nada que pensar, como te dije antes, la cadena es corta y muy efectiva.Totalmente de acuerdo. Eran seres humanos y estas situaciones sacan lo mejor y lo peor de ellos. Hubo curas, que por solidaridad, por sentimiento ayudaron a su projimo arriesgando su vida. Afirmar que lo hicieron por ordenes de PIO XII es harina de otro costal. Por lo que expongo anteriormente.
Entonces no deberías escribir esto: “Por estructura, por experiencia, por recursos, por lo que predican, por presencia, por cantidad de fieles... el papel de la Iglesia Catolica fue bastante pobre.”Insisto en que estoy de acuerdo con esto.
Por eso insisto: ”hizo lo que debía hacer, lo único cuerdo, respetar la neutralidad, para salvar vidas.”
Eso es todo.
Me baso en lo que he escuchado de todos los sectores de la iglesia católica romana, la reacción de los judíos sobrevivientes, que te he nombrado y que no haz considerado debidamente. Te reitero:Insisto en que no estoy de acuerdo con esto (azul). A no ser que hayas tenido acceso a esos archivos no puedes afirmarlo.
Los judíos que eran arrestados e internados en campos de concentración conocían perfectamente de que se los acusaba.
Muchos años antes de que Hitler fuera nombrado canciller, los nazis y otros grupos de derecha venían acusando a los judíos de ser los responsables de la rendición incondicional de Alemania en la Primera Guerra Mundial, debido a que durante 1918 las actividades comunistas estaban dirigidas mayormente por judíos (Rosa de Luxemburgo, Movimiento Espartaquista, etc.) que promovían huelgas, motines y una revolución que obligó al Kaiser a dimitir y refugiarse en Bélgica, todo lo cual, de acuerdo a ciertos criterios, determinó la pérdida de la guerra. Así los judíos en general fueron acusados de darle a Alemania una "puñalada por la espalda" (Dolchstoss).
También se acusaba a los grupos financieros judíos de haber lucrado con la guerra y de aprovecharse económicamente de la situación calamitosa en la que quedó Alemania luego del Tratado de Versailles por medio de actividades especulativas.
Una vez declarada la guerra, debido a la internacionalidad del judaísmo, los judíos eran considerados por los nazis como posibles espías o agentes que pudieran infundir el desánimo en la población.
Más allá de que esas acusaciones tuvieran o no fundamento, la campaña en contra de los judíos era bien conocida tanto por los judíos de Alemania como en el resto del mundo.
El componente racial de las persecuciones era totalmente secundario.
Yo le creo al físico Alberto Einstein que dijo: "Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución a Alemania miré con confianza a las universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas. Entonces miré a los grandes editores de periódicos que en ardientes editoriales proclamaban su amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia(guiada por el Papa Pio XII) ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente." Time Magazine, 23 de diciembre 1940
A David Dalin, rabino norteamericano, recuerda que «en los meses en los que Roma fue ocupada por los nazis, Pío XII instruyó al clero para que salvara a los judíos con todos los medios». El cardenal Pietro Boetto de Génova, por sí solo, salvó al menos a ochocientos. El obispo de Asís a trescientos. Cuando al cardenal Pietro Palazzini, le fue entregada la medalla de los Justos entre las Naciones por haber salvado a los judíos en el Seminario Romano, este afirmó: «el mérito es enteramente de Pío XII que ordenó hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance para salvar a los judíos de la persecución.El título de Justos entre las Naciones debería ser conferido a Pío XII, ya que salvó a más judíos que Oskar Schindler.
A Bernard-Henri Lévy, Actor y sociológo contemporáneo francés, de confesión judía, dice: “Hay que precisar que antes de optar por la acción clandestina, antes de abrir, sin decirlo, sus conventos a los judíos romanos perseguidos por los sicarios fascistas, el silencioso Pío XII pronunció unos discursos radiofónicos (por ejemplo, los de las Navidades de 1941 y 1942) que después de su muerte le valdrían el homenaje de Golda Meir”.
La misma Golda Mair: ministra israelí de Asuntos Exteriores, -primera ministro del Estado de Israel entre 1969 y 1974 por el Partido Laborista dijo:«Compartimos el dolor de la humanidad por la pérdida de un gran hombre(…). Cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo, la voz del Papa Pio XII se elevó en favor de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se enriqueció con una voz que habló claramente sobre las grandes verdades morales por encima del tumulto del conflicto diario. Lloramos la muerte de un gran servidor de la paz» (Telegrama de condolencias por la muerte de Pío XII enviado al Decano del colegio Cardenalicio, cardenal Eugenio Tisserant, en octubre de 1958.)
A Chaim Azriel Weizmann (1874-1952), primer presidente del Estado de Israel (febrero 1949-abril 1951). Fue líder del movimiento sionista, al que imprimió moderación. En política se mantuvo cercano a la Gran Bretaña y era partidario de la acción diplomática. Dijo en 1943: «La Santa Sede, el Papa Pio XII, está prestando su poderosa ayuda allí donde puede para mitigar la suerte de mis correligionarios perseguidos»
A Joseph Meyer Proskauer (1877-1971), presidente del Comité Judío Americano (1943-1949), y juez de la Corte de Apelaciones del Estado de Nueva York : «Hemos oído cuán gran papel ha desempeñado el Santo Padre, Papa Pio XII, en la salvación de los refugiados judíos en Italia y sabemos por fuentes fidedignas que este gran papa ha logrado extender su poderosa y acogedora mano a los oprimidos de Hungría» (Discurso en el Madison Square Garden del 31 de julio de 1944.)
A Yitzhak HaLevi Herzog (1889-1959), -Gran Rabino de Irlanda entre 1921 y 1936, -Gran Rabino de los Azhkenazi entre 1936 y 1948 (bajo el Mandato Británico) y -Gran Rabino de Israel desde 1948 hasta su muerte. -Su hijo Chaim Herzog fue presidente del Estado de Israel entre 1983 y 1993 y -su nieto Isaac Herzog es miembro del Knesset. Dijo: «El pueblo de Israel nunca olvidará lo que su Santidad, el Papa Pio XII, y sus ilustres delegados, inspirados por los principios eternos de la religión, que constituye el verdadero fundamento de la civilización, están haciendo por nuestros infortunados hermanos y hermanas en la hora más trágica de nuestra historia, lo cual es una prueba de la acción de la Divina Providencia en este mundo» (Carta a Monseñor Angelo Giuseppe Roncalli,- el futuro Papa Juán XXIII- nuncio apostólico en Francia, de marzo de 1945.)
A Moshe Sharett (1894-1965), .Primer Ministro de Israel entre 1953 y 1955. .político y estadista judío de origen ucraniano. -Participó en las negociaciones entre el movimiento sionista y el Mandato Británico de Palestina que llevaron a la fundación del Estado de Israel: «Le dije [al Papa] que mi primer deber era agradecerle y, a través de él, a toda la Iglesia Católica de parte del público judío por todo lo que han hecho enlos distintos países para salvar a los judíos… Estamos agradecidos a la Iglesia Católica» Declaraciones al salir de una audiencia con Pío XII en 1945, apenas terminada la guerra.
Y un largo etcétera. Esos son unos pocos de los miles de testigos vivos, de esos que hablan la verdad, porque la sufrieron en carne propia. Lo demás... ya sabes.
Estimado Uninauta, recibe un saludo cordial