
Iniciado por
doonga
>>En principio era el logos y el logos estaba con el tehós y el logos era tehos<<
¿A quién pretendes impresionar con esa jerigonza?
El traductor debe mantenerse fiel a lo escrito, y no a su interpretación de lo escrito.
En el instante en que el traductor manipula el texto para que quede conforme la doctrina que él desea justificar, es cuando comienzan los engaños.
De ahí nacen aberraciones como "Jesús es el arcángel Miguel", o "Jesús es Dios".
Cuando lo único cuerdo y razonable es "Jesús fue un hombre como todos nosotros".