Las normas de conducta que mencionas son heredadas de la conducta moral de la religión (cristiana, ya que estamos en Occidente). Esa conducta moral son mandamientos mínimos para hacer viable una sociedad. La diferencia entre ateísmo y religión no son estas conductas morales, sino la creencia en un Dios (Padre, que estamos en Occidente). Con un Dios Padre, los hombres somos hermanos y hay que actuar ante ellos como quisiéramos que ellos actuasen con nosotros. La fraternidad se deriva de saberse hijos de un Padre. Los ateos que no vislumbran ningún padre [celestial], ¿por qué tendrían que portarse fraternalmente con quienes “no son sus hermanos”?. Supongo que para que esta sociedad sea viable y no se deslice por el caos o la ley del más fuerte. Muchos ateos ven positiva la religión por proponer un orden sin el cual nada tendría sentido.
Eso se ha dicho…….., pero yo creo que no. Ni el temor al infierno o al fuego eterno han frenado los pecados durante siglos…, y pecados gordísimos. No creo que el infierno haya creado un miedo psicótico al católico-cristiano, pues la misma religión proporciona la medicina para librarse de ello. Yo creo, más bien, como dice la poesía del Siglo de Oro:
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, señor; muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Este soneto lo dice bien claro. No es el miedo al infierno… sino que el mensaje y el Mensajero es atrayente, es atractivo. Por miedo nadie puede sentirse a gusto ni con agrado. Y, por supuesto, ni amor podría sentir.