Siempre he dicho, y nunca me cansaré de repetirlo, que la visita de Jesús a este mundo ha sido un fracaso total.
Se supone que Jesús vino a convencer a los creadores de la "franquicia" (los judíos) que él era el mesías que tanto estaban esperando, pero éstos, que no tienen ni un pelo de tonto, no se lo comieron y le dieron la espalda, al punto de que hasta eligieron a Barrabás para ser liberado, en vez del "rey de los judíos".
Lo más lamentable es que sus propios discípulos (apóstoles) también le dieron la espalda y le dejaron abandonado a su suerte.
Si a ver vamos, aparte de unos cuantos milagros, incluyendo una inútil conversión del agua en vino, y de millones de palabras formando frases sin sentido, Jesús pasó sin pena ni gloria por este mundo que, supuestamente, se rendiría a sus pies.
Para concluir, vuelvo a repetir la misma pregunta de siempre: ¿qué vino a hacer Jesús al mundo? Los judíos (y el resto de la humanidad) siguieron pecando, enfermando y muriendo, y todavía siguen esperando a su mesías. Los cristianos tuvieron que emigrar a Grecia y a Roma para poder mantener su fe, lo cual no hubiera sido posible si el emperador Constantino no hubiera abrazado la fe cristiana, extendiéndola por todo el imperio, el cual, en esa época era toda Europa y parte de África.
Hoy en día, los cristianos somos apenas el 30% de la población mundial, lo que pone en entredicho la omnipotencia de nuestro Dios.