Cita Iniciado por Zampabol Ver Mensaje
La última campaña de intoxicación contra la Iglesia, desmontada paso a paso
Así nació una noticia falsa: el bulo sobre el Vaticano y la fábrica de armas Beretta


http://www.outono.net/elentir/2012/0...armas-beretta/

Nuestros ateos militantes son incansables, imaginativos, marxistas y sobre todo DAÑINOS. ¿Hasta cuando van a seguir mintiendo? Probablemente hasta que el marxismo decida que ellos también sobran para la nueva sociedad. Gracias a Dios eso no ocurrirá nunca porque la gente buena, aunque más silenciosa, es muchísimo más numerosa.


¡¡¡Vamos a por otro invento mis queridos militantes!!! (Pero no repitan por favor, ¿Han pensado en que la Iglesia estuvo detrás del desarrolo de la bomba atómica)
Detras del desarrollo de la bomba atomica no, pero si que hubo algun jerarca de la Iglesia que justificaba su utilizacion masiva para acabar con el comunismo.

Contra los «criminales sin conciencia», guerra atómica, química y bacteriológica
«...El valor de aceptar los sacrificios impuestos por el armamento atómico incluso bajo la perspectiva, en la actual situación, del aniquilamiento de varios millones de vidas humanas...»
(El jesuíta Hirschmann)
«El recurso a una guerra atómica no es en sí absolutamente inmoral». «Pues en primer lugar tenemos la certidumbre de que el mundo no durará eternamente y, en segundo lugar, no somos nosotros los responsables del acabamiento de este mundo»
(El jesuíta Gundlach)

Las manifestaciones de Pío XII sobre la guerra contemporánea encajan en ese marco político y fueron emitidas en dos alocuciones pronunciadas ante médicos y en otra pronunciada ante juristas.
Ante los asistentes al VI Congreso Internacional de Derecho Penal, el 3 de octubre de 1953, el papa expuso que entre las realidades que exigían una sanción internacional estaba, en primer lugar, la guerra contemporánea que no fuera estrictamente necesaria para la autodefensa. La comunidad de naciones «tendría que ocuparse de esos criminales sin conciencia, que no se arredran, con tal de realizar sus ambiciosos planes a la hora de desencadenar una guerra total. De ahí que las restantes naciones no tengan más remedio, si quieren proteger lo más valioso de cuanto poseen y no están dispuestos a transigir con la libertad de los malhechores internacionales que se abren paso a empellones, que prepararse para el día en que se vean obligados a defenderse. Ni siquiera en la actualidad 196
se puede privar a un estado de su derecho a preparar su defensa».
Sólo dos días después, el 19 de octubre, Pío aleccionaba en esa misma línea a la Oficina Internacional para la Investigación Médica: «Recientemente hemos expresado nuestro deseo de que toda guerra debiera ser castigada internacionalmente, salvo que sea absolutamente requerida como defensa contra una injusticia grave que afecte a toda la comunidad. Esa exigencia presupone asimismo que esa injusticia no pueda ser evitada por ningún otro medio y que, de no recurrir a esa guerra de defensa, se concedería juego libre a la violencia brutal y a la carencia de escrúpulos en las relaciones internacionales...
El argumento desarrollado por Nos se refiere ante todo a las armas ABC, es decir Atómicas, Biológicas y Químicas (Chemical). Por lo que respecta a la cuestión de si el uso de esas armas puede hacerse necesario contra un ataque ABC, confórmense ahora con saber que Nos la hemos planteado como tal. La respuesta debe derivarse de los mismos principios que deciden si la guerra en general es un medio lícito».
Así pues, también una guerra con armas ABC, la peor forma de masacrar conocida hasta hoy, está permitida en el caso de que se trate de una defensa contra «criminales sin conciencia», de «malhechores internacionales»