
Iniciado por
Ju@njo
Muy sencillo KIMO,
No te vallas por las ramas.
La ley del ojo por ojo era una ley impuesta por los hombres para justificarse de sus actos injustos e inmorales, NUNCA fue de Dios, por eso Jesucristo la abolió en el Evangelio.
Jesús nunca enseño eso
el dirigió a las personas a las escrituras
Las llamo la verdad.
La Ley respaldaba la justicia perfecta de Jehová.
Invocaba el principio de equivalencia, o correspondencia, en la administración de la justicia.
De ahí que dijera:
“Alma será por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”
(Deuteronomio 19:21).
Por consiguiente, al juzgar los delitos,
el castigo que se imponía tenía que ser proporcional a su gravedad.
Este aspecto de la justicia divina se manifiesta por toda la Ley,
y aun hoy resulta esencial para comprender el sacrificio redentor de Cristo
Jesús utilizó citas de las Santas Escrituras que sus oyentes judíos ya conocían
Los pasajes a los que aludió Jesus se encuentran en Éxodo 21:24 y Levítico 24:20.
Conviene destacar que, en armonía con la Ley de Dios, el castigo de “ojo por ojo”
solo se administraba una vez que el infractor había sido juzgado por los sacerdotes y jueces,
quienes sopesaban las circunstancias y el grado de premeditación de la ofensa (Deuteronomio 19:15-21).
Con el tiempo, los judíos tergiversaron la aplicación de esta ley.
Un comentario bíblico del siglo XIX del erudito Adam Clarke explica:
“Parece que los judíos se sirvieron de esta ley [ojo por ojo, diente por diente]
para justificar sus resentimientos privados y todos los excesos que cometían movidos por un espíritu de venganza.
A menudo, las represalias se llevaban hasta el extremo y el mal que se devolvía era muy superior al que se había recibido”.
Pero las Escrituras no autorizaban las venganzas personales.
Lo que Jesús enseñó en el Sermón del Monte respecto a ‘volver la otra mejilla’
refleja el auténtico espíritu de la Ley dada por Dios a Israel
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)