
Iniciado por
Zampabol
Yo no veo que sea tan difícil de entender (a menos que no se quiera entender) que lo que los cristianos y LA GENTE DE BIEN defiende en le caso del matrimonio homosexual y en el caso del aborto, es a los más INOCENTES que son con los que se quiere jugar: ¡¡¡LOS NIÑOS!!!
En el caso del aborto, la izquierda abortista trata por todos los medios de deslegitimizar la vida humana, amparándose en toda clase de eufemismos para enmascarar la aberración que supone asesinar a las propias crías por una sociedad enferma. En el caso de los matrimonios homosexuales con derecho a adopción, vuelven a usar los mismos eufemismos para no hablar claramente de lo arriesgado que sería para un niño no contar con una familia estable, y sobre todo COMPLETA (Con su papá y su mamá)
La guerra del lobby gay y el lobby abortista, ambos pertenecientes a una izquierda que trata por todos los medios de pervertir la sociedad para poder medrar al acabar con los principios ético y morales, es POLÍTICA. Y la guerra de la Iglesia por proteger a esos menores involucrados en una guerra ideológica es HUMANITARIA. La creencia de los creyentes es que la VIDA es un bien SAGRADO y que no se puede disponer de ella por ningún motivo. La izquierda carece de respeto por la misma al considerar que la sociedad es un todo en el que el individuo carece de la importancia que le da el creyente. La amoralidad de la izquierda, le lleva a no ver obstáculo en la posible falla educacional de los niños adoptados por homosexuales si con ello avanzan hacia la conversión de la sociedad en algo distinto y más próximo a lo que propugna el materialismo dialéctico.
De la misma manera, la vida del no nacido no existe para esa izquierda que busca destruir las bases morales desde sus cimientos. La única fuerza que se OPONE de forma frontal a este avance del materialismo y LA ANIMALIDAD del hombre, es el cristianismo. ¡¡¡No hay otra razón que esa para que el marxismo odie a muerte a los religiosos!! y vea en ellos a un constante enemigo para sus planes de expansión.