Querido Caballero Blanco, el tema es demasiado peliagudo, complejo y, lamentablemente tendencioso. Pero, desde una perspectiva hermenéutica correcta, es insostenible. La autoridad del hombre sobre la mujer no se mantiene bajo la perfecta obra redentora de Cristo, que vino a restaurar aquello que se había roto con la caída en el Edén.

Un saludo querido.