Recuerdo perfectamente las palabras del médico forense que hizo la autopsia de mi madre. Me dijo textualmente que fue un acto muy meditado, calculado y planeado desde hacía bastante tiempo y que en este caso, ella sabía muy bien lo que quería y no entraba en consideración ni miedos, ni tener huevos para hacerlo. Sólo elegir el momento.
