Jehová pudo sacar al pueblo de Israel de Egipto a la primera.
Su orgullo le hizo demorar la liberación para manifestar su poder.
Sufrieron tanto egipcios como israelitas.

El orgullo y la vanidad de Jehová no tienen límites.

Endurecer el corazón del Faraón es manipular su libre albedrío.

“Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.”
(Éxodo 4:21 Reina-Valera 1960)

“Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.”
(Éxodo 9:12 Reina-Valera 1960)