
Iniciado por
Dorogoi
En el momento de la rendición de cuentas todos estaremos angustiados y, en cierto modo, aterrorizados; pero no por saber si un dios nos espera con los brazos abiertos sino porque existe un instinto de perpetuidad de la especie y de conservación de la vida que hace que nuestra mente focalice en modo alarmante la amenaza que representa atravesar el umbral.
Pero nada que ver con un dios. Es algo natural e instintivo.
Ser ateo no es algo de que jactarse dado que no difiere mucho de un normal creyente. En el borde del abismo todos fruncimos.
Gozo realmente viendo tu optimismo de pensar que algo continuarà luego de tu partida. Felicitaciones.
Un abrazo.