Lo torcido se descubre en las partes de las Escrituras que contradicen lo que enseña el Evangelio. Por ejemplo cuando las cartas dicen que no estamos bajo la ley, eso contradice lo que enseña el Evangelio porque Jesucristo enseñó que estamos bajo la ley de Jesucristo y que debemos guardar los mandamientos que Jesucristo mandó guardar.