Cita Iniciado por Eli_yahu Ver Mensaje
Exactamente: a Jehová se le vió sentado en su trono en más de una visión de sus profetas. Obvio: Le vieron en visiones. Jehová no está literalmente sentado en un asiento y ningún humano resistiría la vista de Su gloria... no hay que hacerse el infantil; estamos muy viejos para ser tan fantasiosos.


Las visiones de los cielos representan a Jehová Dios sentado en su trono simbólico y otorgando a Jesús un reino y posición ... porque Jehová es el DIOS de Jesús.
Ya Jehová Dios es un Espíritu que los humanos no*pueden ver (Jn 4:24), cualquier descripción de su apariencia en términos humanos tan solo puede suministrar una idea aproximada de su gloria incomparable. (Isa 40:25,*26.) Aunque no*vieron realmente al Creador (Jn 1:18), algunos siervos de Dios recibieron visiones inspiradas de su corte celestial. La descripción de su presencia no*solo muestra su gran dignidad y majestad imponente, sino también serenidad, orden, belleza y agradabilidad. (Éx 24:9-11; Isa 6:1; Eze 1:26-28; Da 7:9; Rev 4:1-3; véase también Sl 96:4-6.)
Como se puede observar, estas descripciones emplean metáforas y símiles que asemejan la apariencia de Jehová a cosas que el hombre conoce, como las joyas, el fuego y el arco iris. Incluso se le describe como si tuviera ciertos rasgos humanos. Aunque algunos eruditos han dado demasiada importancia a lo que llaman expresiones antropomórficas de la Biblia (como las referencias a los “ojos”, los “oídos”, el “rostro” [1Pe 3:12], el “brazo” [Eze 20:33], la “diestra” [Éx 15:6] de Dios,*etc.), es obvio que tales expresiones son necesarias para que el hombre comprenda la descripción. El que Jehová Dios hubiese dado al hombre una descripción de sí mismo en términos propios de espíritus, sería como plantear ecuaciones de álgebra superior a personas que solo tuviesen los más elementales conocimientos de aritmética, o intentar explicar los colores a una persona ciega de nacimiento. (Job 37:23,*24.)

Por lo tanto, los llamados antropomorfismos nunca deben tomarse de manera literal, así como no*se ven literalmente otras referencias metafóricas a Dios, como, por ejemplo, el que se le llame “sol”, “escudo” o “Roca”. (Sl 84:11; Dt 32:4,*31.) La vista de Jehová (Gé 16:13), a diferencia de la de los humanos, no*depende de los rayos de luz, por lo que puede ver los actos efectuados en completa oscuridad. (Sl 139:1, 7-12; Heb 4:13.) Su visión puede abarcar toda la Tierra (Pr 15:3), y no*necesita ningún equipo especializado para ver crecer el embrión dentro de la matriz humana. (Sl 139:15,*16.) Su oído tampoco depende de las ondas sonoras que se transmiten en la atmósfera, pues puede “oír” expresiones aunque se pronuncien en silencio en los corazones humanos. (Sl 19:14.) El universo es tan inmenso que el hombre no*puede llegar a medirlo; sin embargo, ni siquiera los cielos físicos pueden abarcar o contener el lugar de residencia de Dios, mucho menos puede hacerlo una casa o templo terrestre. (1Re 8:27; Sl 148:13.) Por medio de Moisés, Jehová advirtió de manera específica a la nación de Israel que no*hiciese ninguna imagen de Él, ya fuese de forma humana o de cualquier otra creación. (Dt 4:15-18.) El relato de Lucas registra la referencia de Jesús de expulsar demonios “por medio del dedo de Dios”, en tanto que el relato de Mateo aclara que Jesús se refería al “espíritu” o fuerza activa de Dios. (Lu 11:20; Mt 12:28; compárese con Jer 27:5 y Gé 1:2.)