
Iniciado por
Teheran
Te entiendo.
Espiritualmente sigo siendo amante de los árboles de Navidad. Con otro grado de madurez, tú y otros han pasado al gusto por especies más nobles y sobrias.
Aún así, me entusiasma pensar que existe todavía una especie desconocida para ti y para mí, un "Arbol de la Vida", que tú reconocerás mucho antes que yo, pero del que finalmente los dos (o más probablemente nuestros nietos) algún día comerán.
Todos hemos comido de ese árbol.
Por algo estamos vivos.
Algo dormidos, a ratos, pero vivos.
Y también todos comimos del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Por algo estamos vivos.
Vivos, a ratos, pero dormidos.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.