Aquellos que no hacían lo que Jesús mandaba no eran amigos de Jesús.
Y cuando Jesús decía que alguien estaba haciendo mal, no estaba hablando nada malo ni inorrecto, sino que estaba dando una enseñanza para el bien de todos, pues Él amaba a todos y les enseñaba lo que era bueno y lo que no estaba bien.
Por tanto, cuando Jesús dijo:
"¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo."
ellos, por su propio bien y por el bien de su prójimo, deberían haberse arrepentido y haber repartido sus bienes entre los pobres, pues a Jesús no le agrada que unos vivan en la abundancia mientras otros viven en la miseria.
Cualquiera que tenga hijos, les corrige si ve que unos viven en la abundancia mientras sus hermanos se mueren de hambre.