Cuando Juan el Bautista hablaba sobre Jesucristo, decía a sus seguidores la diferencia entre el bautismo en agua que él estaba practicando y el bautismo que realizaría Jesucristo después:
Mat.3:11 Yo, por mi parte, los bautizo con agua a causa de su arrepentimiento; pero el que viene después de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. Ese los bautizará con espíritu santo y con fuego. 12 Su aventador está en su mano, y limpiará completamente su era, y recogerá su trigo en el granero, mas la paja la quemará con fuego que no se puede apagar”.
Noten que el espíritu santo es algo con lo que se bautiza a personas, como en tantos lugares de las Escrituras se nos muestra. Al compararlo con agua y con fuego empleados para realizar bautismos, Juan nos dice que él nunca pensó el espíritu santo como una persona.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.