Hola Lupus, la biblia es como un campo donde hay yerbas dulces y yerbas amargas, donde se encuentran los mandamientos de Dios, pero ahogados entre muchos preceptos de hombres...
Las grandes religiones judaizantes que se hacen llamar "cristianas", a todo lo escrito en las biblias lo llaman "palabra de Dios... Y eso ha traído una gran confusión al mundo...
¿EL EVANGELIO O LA BIBLIA?... ¿QUÉ MANDÓ PREDICAR Jesucristo?...
Evangelio solo hay uno: el de Jesucristo... En cambio biblias hay muchas, cada religión tiene la suya, y son muchas las religiones: católicos, protestantes, "evangélicos", ortodoxos, anglicanos, testigos de Jehová, judíos, mahometanos, hinduistas, budistas, y muchas más..., pero cada religión presenta al mundo sus biblias como mejor le parece... Por eso también se podría decir:
¿EL EVANGELIO O LAS BIBLIAS?... ¿QUÉ MANDÓ PREDICAR JESUCRISTO...
Jesucristo mandó predicar solamente el Evangelio por todos los pueblos, pero los poderosos dictadores de los pueblos no querían hacer lo que manda el Evangelio, pues el Evangelio manda: "NO MATARÁS" y a los ricos les manda que si quieren entrar en la vida deben guardar los mandamientos del Evangelio. Y también les manda que repartan todos sus bienes entre los pobres...
Los ricos poderosos de las naciones, especialmente los poderosos del imperio romano (emperador Constantino y sus descendientes, siglo IV), no querían ser iguales a los demás, querían tener más poder y más riquezas que los demás y querían imponer penas de muerte a los que no les obedecían... Ellos querían tener de esclavos a los humildes del pueblo y querían ser dueños de tierras y riquezas.
El Evangelio estaba en contra de la codicia de aquellos poderosos, y éste fue el motivo de abandonar los misericordiosos mandamientos del Evangelio e imponer en su lugar las biblias judías del viejo testamento que imponían penas de muerte, guerras y esclavitud.
Jesucristo había mandado predicar solamente el Evangelio por todos los pueblos, y los poderosos de Roma y de otros imperios de terror que no amaban los misericordiosos mandamientos del Evangelio, nos impusieron sus biblias y sus religiones.