Obviamente, si el marido paralítico (e impotente) no dice al cura que está incapacitado para reproducirse, pues el sacerdote no tendrá ningún inconveniente en casarlo con su mujer. Si 10 años después, harto de que su mujer use su silla de ruedas para hacer carreras en el circuito, se decide a acudir al tribunal para anular su matrimonio, podrá alegar que nunca lo consumó, nunca pudo yacer con su mujer porque era impotente. La nulidad se la dan ipso facto. Mientras, esos 10 años han estado felices y comiendo perdices (hasta que a su mujer le dio el vicio de la velocidad... en carritos de ruedas).
O sea, que el sacerdote no puede inventarse cosas: fue el contrayente impotente el que quiso casarse (mayormente, por ignorancia de que no podía), sabiendo que no iba a reproducirse. Y la mujer, también sabía que no iba a reproducirse. El fin fundamental del matrimonio es incumplido.
En el caso del matrimonio gay, cuando el cura ve que se acercan 2 hombres, ya sabe que el fin del matrimonio es incumplido a sabiendas y con premeditación. Esas personas no quieren reproducirse sino...... eso mismo.
No hay evidencia de infertilidad para el sacerdote que ve aparecer a un hombre y una mujer que piden el matrimonio. El sacerdote no lo puede negar como sí lo haría si aparecieran dos hombres, evidentemente fértiles, pero incapaces de reproducirse entre ellos.Iniciado por Uninauta