Ma iaia, a.c.s., se ponía, ¡vamos..!, como una moto si atisbaba a Anna, a.c.s., cuchicheándome de...

"El equipo de sensitivos del ejército estadounidense entrenado por Lt. Fred Holmes, 'Skip', Atwater, President del Monroe Institute (TMI), se encontró, casi sin proponérselo, con la presunta existencia de bases extraterrestres en nuestro planeta. Cuatro emplazamientos fueron estudiados con detalle por espías psíquicos que encontraron en ellos aparatos de aspecto extraño e incluso detectaron la presencia de seres de aspecto no humano. Según recuerda Atwater {"fué en 1984 cuando a través de un científico del Scientific Research Investigation, de Menlo Park, California, llegó a mis manos unos informes que doce años antes había proporcionado un hombre llamado Pat Price {"police officer who participated in a number of Cold War era Remote viewing experiments, including the US government sponsored project SCANATE and the Star Project (...); for a time he worked alongside/in competition with Ingo Douglas Swann..." -Wikipedia, dixit-} sobre la existencia de unas bases extraterrestres en la Tierra, y me pareció que investigar esas presuntas bases podía ser un buen ejercicio..."}, NO se trató de una investigación planeada, sino que fué consecuencia de uno de los muchos entrenamientos que realizaban. Para mantener el equipo activo efectuaban prácticas que consistían en ir a determinados lugares para después describirlos con el mayor detalle posible. Las supuestas bases se encontraban en Zímbabwe, en Australia, en el monte Hayes, Alaska, y la principal en el Mont Perdito, en los Pirineus. "Nuestros sensitivos encontraron que en esos lugares había algo realmente EXTRAÑO. Vieron ovnis entrando y saliendo de las montañas, observaron una tecnología muy avanzada, que ellos NO podían entender completamente, y en general notaban la presencia de algo MUY extraño y alíenígena", recuerda Atwater. "La CIA no me pidió que estudiase ovnis; fué algo que hicimos para probar a los sensitivos del equipo, y constatamos que hay algo EXTRAÑO detrás del fenómeno". Quince años después Atwater confiesa que algún día espera ir al Mont Perdito, aunque reconoce que tal vez se lleve una desilusión. "Tengo las coordenadas exactas, pero ¿son realmente físicos los ovnis o es posible que en ese lugar NO encuentre nada, porque NO lo son? También podría ser que esos seres tengan algún poder mental que impida que pueda ver algo"..." {Mundo Paranormal, 02/03/2009; dixit}

Ella, yo le guardaba el secreto.., NO le hacía caso y -cuando íbamos a Les- me llevaba por ahí..; a ver lugares extraños donde -y, NO era ella sola quien lo decía- recalaban "les fades" cuando venían "volant" de "el lloc d'enllà on viuen"... Y, ¡fíjense ustedes qué cosas..!, aseguraba que "la reina de les fades" pasaba "les vacances" con sus dos hermanas en su "palau" de.., de.., ¡de "As Tres Serols" -así llamaba ella al Mont Perdito-!

Ma iaia, a.c.s., ya les digo.., ¡se ponía como una moto! ¿No había pensado Anna, a.c.s., que, de pasearse alguien venido de lo alto por las umbrias aranesas, sería, v.g., Nuestra Señora la Virgen María, Madre de Dios Nuestro Señor?; ¿eh?

Mais..; Anna, a.c.s., me miraba con sorna mientras ma iaia, a.c.s., habla que te habla... ¿A ella? ¡Oh!; Anna, a.c.s., ¡NO se cortaba con mi abuela paterna, a.c.s.! La escuchaba mientras iba diciendo "va, va, va..." con obvia displicencia y, en fin.., cuando se cansaba o creía que tenía otras cosas mejor que hacer que escucharla, ¡ah!, la miraba face to face y, silabeando con gusto, le decía que SÓLO quien no era la Santísima Virgen precisaba ir en ALGO para volar y, finalmente, le preguntaba, triunfante, si ahora pensaba ella que la reverenciadísima Madre del Redentor NO podía volar por si sola. ¡A mí me encantaba cuando le guiñaba el ojo y le decía guiñándomelo a mí que ya no me iba a hablar más de "les fades" y los "cotxes" de "les fades"! Ma iaia, a.c.s., NO se rendía..; pero, "dos no se pelean si uno no quiere"...

"Corría el año 1982 e Irene Gutiérrez viajaba constantemente por toda Catalunya dado que su trabajo de vendedora en los mercados ambulantes la llevaba de pueblo en pueblo. Sus desplazamientos los realizaba en una vieja furgoneta en la que muchas veces también dormía. Irene, entonces de 32 años de edad, llegó, una noche de verano a Vielha, capital del Val d'Aran. La noche no era calurosa y resultaba deliciosa para dormir al aire libre dentro de un saco de dormir; y, así decidieron hacerlo Irene y su pareja, Óscar (...). Decidieron acostarse en torno a la una de la madrugada. al día siguiente tenían que bajar al pueblo a terminar de instalar sus cerámicas para la venta. El lugar escogido para descansar {una especie de claro con arbustos bajos y gran visibilidad dado que cerca no existían árboles altos} estaba en las afueras. Irene no podía dormir. Miraba al cielo y admiraba un firmamento muy obscuro, con estrellas brillantes y nítidas, mientras tratada de dormirse..; pero, no había manera. Cuánta no será su extrañeza cuando vió un círculo de LUZ rojiza que avanzaba con majestuosidad por aquel cielo negro. Creyó, inicialmente, que se trataba de un efecto óptico; pero, el círculo rojizo seguía avanzando lentamente. Y; su sorpresa fué MAYÚSCULA al ver, en sentido contrario, otro círculo mucho MÁS grande de color verdoso que también avanzaba lentamente en dirección contraria a la del otro círculo. Irene, muy excitada, ve que el círculo rojizo, mucho más pequeño, y el otro círculo verdoso se paran en el cielo frente a frente; y, que de ambos salen pequeños círculos que emiten luces rápidas, como si estuviesen batallando. Los círculos rojizos se movían con TAL rapidez que era difícil seguirles. NO se escuchaba nada y no más la voz de Irene, excitaba, trataba de despertar a su compañero. El grandioso círculo verdoso comenzó a moverse, primero, lentamente; pero, los círculos rojizos no dejaban de emitir lucesn contra él. El círculo verdoso empezó a alejarse y diversos círculos que habían salido de su interior penetraron nuevamente en él. Este círculo emitió una luz MUY intensa y empezó a adquirir velocidad, siempre seguiendo en lo que parecía agresividad "respecto de los círculos rojizos más pequeños". La testigo luchó entre mirar hacia arriba y tratar de despertar a su pareja, aún medio adormilado; y, que sólo puede confirmar el excitadísimo estado de Irene; que, no paraba de mirar a los cielos y sudar copiosamente. Según Irene los círculos rojizos penetraron en su círculo más grande y se fueron después que lo hiciera el gran círculo verdoso, aunque no a la misma velocidad que éste. La testigo cree haber observado esta "espectacular batalla" unos tres o cuatoe minutos; y, la catalogó de "batalla espacial" ya que dice que los círculos rojizos buscaban FEROZMENTE a los verdosos, incluso creyó "sentir ALGO" aunque no lo llamaría "ruido"..." {Raúl Núñez, coordinador del Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos; dixit -en s/. “Batalla espacial sobre la población de Vielha”; Revista de investigación, núm. 22 (septiembre/octubre 1997)-}

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu