Ampliando tu magnifica aportacion rogerdeflor podríamos decir que Abderraman I fue el primer emir Omeya del al-Andalus, iniciador de una dinastía y de un régimen político (primero Emirato y más tarde Califato). Con su llegada, Al Andalus se consolidó como uno de los estados más importantes de Europa Occidental.

Era alto, rubio, tuerto, de mejillas enjutas y tenía un lunar en el rostro llevando los cabellos espacios en dos tirabuzones. Fue un príncipe de la dinastía de los Omeyas, que logró salvar su vida en la matanza sufrida por su familia en el año 750 por una facción enemiga. Este hecho supuso el cambio de dinastía en el Califato de Damasco.

Abderramán huyó con algunos seguidores hacía el sur, logrando llegar a África, a Ceuta en concreto, donde fue acogido por la tribu de Nafta de la que era originaria su madre.

En el norte de Äfrica no consiguió seguidores suficientes para alcanzar el poder por lo que Abderramán muy inteligentemente comprendió que el final de su destierro era España(al-Andalus) y que en ella haría resurgir el imperio arrebatado a su familia. Se apoyó en los sirios leales a su familia y que eran descendientes de aquellos que habían intervenido en la conquista de la Península, 40 años antes.

En 755 se embarcó para llegar a las costas de Granada (Almuñécar), con la intención de buscar nuevos seguidores que afianzaran sus posibilidades de alcanzar el poder que no había logrado en África. La situación del territorio peninsular le favoreció, ya que Al-Andalus en ese momento era un territorio debilitado por continuos enfrentamientos étnicos, de razas y religiones. Convivían hispanorromanos, visigodos, sirios, árabes y bereberes.

Al-Andalus era gobernado por el emir Yusuf al-Fihrí un lider con poca personalidad que a duras penas controlaba las disidencias dentro de su territorio.

Con 25 años de edad el joven omeya reunió un ejército de leales formado por sirios, yemeníes y beréberes, y derrotó, tras una breve guerra, al emir Yusuf. Es así como Abderramán entra en Córdoba en 756 y convierte Al-Andalus en un estado independiente de Damasco.

No le resultó fácil como bien decía rogerdeflor porque tuvo que sofocar rebeliones de numerosas facciones, entre las que se cuentan las del emir derrocado, Yusuf al-Fihrí, y de sus hijos y de los sirios partidarios de los abbasíes. Algunas intrigas de palacio tuvo que sofocarlas con sangre.

En los más de treinta años de gobierno sus esfuerzos fueron encaminados a crear un estado organizado y fuerte, siguiendo el modelo de gestión de los omeyas de Damasco. Su territorio estuvo muy bien organizado, territorialmente en siete provincias, judicialmente con los caldíes, jueces de las ciudades y religiosamente con el consejo coránico, que procuraba la integración de las diferentes etnias bajo las leyes de Mahoma, como los muladíes (cristianos conversos), mozárabes (cristianos que pagaban tributo extra por permanecer en territorio musulmán) y los judíos, plenamente integrados.

También hizo frente a los reinos cristianos, primero exigiendo tributo al Reino Astúr-leonés, y luego manteniendo la marca norte de la península al conquistar Zaragoza luchando contra los francos de Carlomagno. Siempre tuvo un gran ejército, compuesto en su mayoría de bereberes.

Fue proclamado príncipe de los creyentes, ordenando que no se rezase jamás por los abasidas de Bagdad, sus enemigos. En las monedas no se hacía ninguna mención a Bagdad y tan solo reflejaban el año en curso y el nombre de Al-Ándalus.

Fomentó los cultivos e introdujo la palmera en la península Ibérica. Según la tradición todas las palmeras de España descienden de una palmera que plantó Abderramán I con sus propias manos en el jardín de su palacio de Córdoba.

Bajo su reinado, en 785, se comenzó la construcción de la Mezquita de Córdoba, aprovechando el material de una basílica visigoda dedicada a San Vicente. Nunca llegó a perder ninguna batalla ante ninguno de sus enemigos.

La llegada de Abderraman y su instalación en el trono de Córdoba fue tan relevante como la ocupación décadas antes de sus correligionarios. Creó un fuerte estado a pesar de constantes tendencias disgregadoras e independentistas, consolidando un estado musulmán en la Europa occidental y logrando arremeter contra la resistencia cristiana del norte.

Su importancia y el legado que dejó( un Al Andalus unido) fue vital para atajar o al menos ralentizar durante casi tres siglos el inicio de la reconquista de los cristianos.

Saludos