Saludos. Veo un cambio de opinión y para bien. Primero comentaste un hipotético derecho de los homosexuales por adoptar, ahora te das cuenta de lo adecuado, de que los únicos con derechos son los niños, pues respecto de ellos los adultos sólo tenemos deberes. Y efectivamente, la adopción debe darse a quienes puedan darles lo mejor. Ahora bien, aquí vendrán, seguramente, las diferencias de opinión, que expondré con un enfoque nuevo porque aburre repetir y repetir lo mismo: Los humanos seguimos siendo animales, animales, no máquinas. Y como tales, nuestras emociones no coinciden con los ideales de una u otra época, no son manipulables ni adaptables, y están por el contrario, íntimamente asociadas con la pervivencia de la especie. Nadie puede ni podrá jamás suprimir o alterar la fuerza de la sangre, para empezar. La madre biológica es por regla general, por regla general digo, porque sabemos de las excepciones, quien velará mejor por la crianza del hijo. Alegar que en ausencia de la madre biológica cualquiera podría sustituirla, otras mujeres o en su lugar hombres, que deseen o no parecer mujeres, es lo mismo que decir que puede ser reemplazada por cualquier otra cosa que le de cariño; y entonces, ¿por qué no un robot? Evidentemente, no es así, el impulso femenino en el rol materno es necesario y no puede ser sustituido. El receptor de esos estímulos, el niño, no procesará por igual, como se pretende, a hombres que a mujeres, ni tampoco en ambientes de dos hombres, que en de dos mujeres o que de una mujer con un hombre. De todas maneras, es evidente la sarta de contradicciones en este asunto. Por ejemplo, que quienes alegan esto de la igualdad como dogma de fe que desean se imponga en todos los ámbitos de la vida moderna, acuden mucho a los factores ambientales en contraposición con los biológicos, los hereditarios, para afirmar que el homosexualismo es nada más producto de una opción, que hay ricos y pobres porque unos tendrían más capital que otros y no porque unos fuesen más capaces que otros, etcétera; pero cuando sus propias teorías perjudican o contradicen sus dogmas, no dudan en mandarlas de paseo o suspenderlas por un ratito: ¿Qué acaso no sería una alteración particular de los factores ambientales a los que se vería expuesto el niño, el que en lugar de ser criado por un hombre y una mujer, lo fuese por dos hombres o dos mujeres? Pues claro. Son distintos ambientes y si primero se alegó causas ambientales para explicar determinados fenómenos y luego expone que para un proceso tan importante como la crianza de un niño, no debemos fijarnos en el ambiente en que crecerá, pues hay una seria contradicción. Sus propios dogmas les refutan. Es eso o lo peor: Pues en efecto, tendría sentido en caso de que fuese como afirmo, que el niño les interesa un pepino y lo ven como una herramienta de realización personal, un objeto que se puede adquirir y que se quiere el derecho de adquirir.