Cuando uno se aparta de Dios, termina creyendo en los dioses, ídolos y toda clase de supercherías.
La Ciencia está llena de ellas. La Ciencia es una metodología para profundizar en la verdad, no la verdad en sí misma. Pero eso se le olvida a los que la nombran...
Claro que sí. Y el amor también, ¿verdad? El amor que sentimos por los hijos o por la mujer es simplemente un chorro de sustancias químicas.
Por eso, cuando hay problemas familiares, basta con hacerle una visita al matasanos y que nos recete las sustancias que nos hacen falta para sentirnos amados.
Es justo al contrario. El amor, el pensamiento, la voluntad... son fenómenos totales de nuestro Yo. Por eso tienen un reflejo en cada aspecto material que estudiemos. Tienen un reflejo bioquímico, tienen un reflejo en el sistema nervioso, en nuestros planes de futuro, en la forma en la que andamos por la calle... El corredor no corre porque suda, suda porque está corriendo. El valiente segrega adrenalina porque está disponiendo su cuerpo para afrontar el peligro, pero no sirve de nada inyectarle adrenalina al cobarde.