Las Escrituras aconsejan:
“Que su habla siempre sea con gracia,
sazonada con sal,
para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Col. 4:6).
Por consiguiente, antes de responder,
no solo debe pensar lo que va a decir, sino cómo decirlo.
Las Escrituras aconsejan:
“Que su habla siempre sea con gracia,
sazonada con sal,
para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Col. 4:6).
Por consiguiente, antes de responder,
no solo debe pensar lo que va a decir, sino cómo decirlo.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)