El diablo es el que ha contribuido al cambio de las Escrituras y de la verdadera ley de Dios que fue cambiada por la pluma mentirosa de los escribas, como nos dice el profeta Jeremías en Jeremías 8:7-8. Y es que al diablo le viene muy bien que se diga que en las Biblias es todo Palabra de Dios porque las Biblias contienen muchos preceptos que mandaban que los hombres impusieran penas de muerte, guerras, genocidios, esclavitud y muchos sacrificios.
Todas esas leyes del Viejo Testamento que faltaban a la misericordia no eran verdadera ley de Dios sino preceptos de hombres, por eso Jesucristo las abolió, porque no eran verdadera de Dios, pues Jesucristo no había venido a abolir la verdadera ley de Dios.