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Estocada
Estos dones (lit. repartimentos) del Espiritu; tales como, además de los dones de curación y obrar milagros, los dones de predecir cosas venideras, el discernimiento de espíritus, el hablar con diversos tipos de lenguas y la interpretación de lenguas, fueron distribuídos por el propio Espíritu Santo a los hombres por separado como él desea.
A uno es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu (1 Co 12:8).
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. (1 Co 12:11).
Esta es una prueba clara y completa de la personalidad del Espíritu, que no solo se distingue de sus dones y la distribución de los mismos, que es un acto personal que se le describe; sino que también se dice que esto se hace de acuerdo con su voluntad, lo que le supone un agente inteligente, capaz de elegir y querer; y cuya voluntad concuerda con la del Padre y con la del Hijo.
Última edición por Estocada; 14-jul.-2019 a las 16:23
El ego es un eje demasiado débil para hacer girar nuestra vida en torno a él.