Si no conoces el Evangelio no puedes tener fe. Si no tienes gracia, no puedes ser misericordioso.
Si no se guardan los misericordiosos mandamientos del Evangelio, no estás en la gracias.
Si no conoces el Evangelio no puedes tener fe. Si no tienes gracia, no puedes ser misericordioso.
Si no se guardan los misericordiosos mandamientos del Evangelio, no estás en la gracias.