Hola,
hoy pasé por una empresa de esas que se dedican a dar trabajo para interinos, o para precarios como los llaman acà. He visto una gran cantidad de jóvenes reunidos en la puerta y una cola adentro esperando tener suerte.

Muchachos que aun tienen la fuerza de continuar a buscar un puesto de trabajo que ya muchos no buscan màs por sentirse desahuciados: excluidos de la sociedad, viven en ella pero no hacen parte de ella y sòlo pueden ver como viven los otros....simples expectadores.

Recordé entonces lo que era Argentina antes de “escaparme”. Situaciones tensas que oscurecían la visión, convertían en grises todos los días, aun cuando estuviera el sol. Encontrar trabajo era cuestión de suerte o de acomodo; situaciones humillantes que hacían saltar los nervios.

“El paìs de los sueños postergados” lo llamábamos. Nada se podía hacer o comprar hoy….siempre mañana. Lo peor era el contraste; estaban los que lograban un buen puesto de trabajo por acomodos y ofendìan diciendo que “habìa trabajo para los que quisieran trabajar”; no reconocían que eran corruptos o degenerados sino que se sentían superiores a los que sufrìan la desocupación, claro, ellos tenìan trabajo. Era como un prestigio o algo excepcional, tener un trabajo, en vez de ser algo normal guiado por el mérito.

Cuando llegué a vivir a Europa entendí como se vivìa en un país desarrollado. La gente trabajaba menos que en Argentina pero decían que eran “bàrbaros” trabajando; se lo decían ellos solos. Como recibìan un buen sueldo, creìan que se lo merecían porque se “rompìan el cul.. trabajando”. Sabìan hacer solamente una cosa y se movían poco, pero con un buen sueldo la autoestima estaba por las nubes.

Decìan que en Latinoamérica estaban mal porque a la gente no le gustaba trabajar. Yo les recordaba que ellos decían que los italianos eran trabajadores y, en Argentina, eran la mayoría italianos; algunos contestaban que era porque estaba lleno de españoles que no les gusta trabajar mucho.

Entendì que aun siendo el italiano un pueblo donde la ignorancia y la incultura son muy difundidas, cuando hay riqueza todo anda bien. Aun siendo menos estudiados que en Argentina lograban una paz interior dado que lo poco que hacían era pagado muy bien. Muchos llegaban a creer que se merecían ese salario y que era porque eran "preparados" para ese trabajo.

Obvio, en Europa no han pasado ni en la guerra lo que se pasaba en Latinoamérica. Recuerdo situaciones angustiantes que aquí no se conocían debido a que las riquezas del país cubrìan toda la necesidad del pueblo: aunque no trabajaran o trabajaran poco. La influencia socialista siempre fue fuerte en Europa.

Recuerdo también que veìa series de EEUU en donde las prostitutas usaban autos que, en Argentina, aun los que egresábamos de la Universidad no nos podíamos permitir. Para los burgueses argentinos todo estaba en equilibrio porque los pobres no tenìan porque poseer autos o artículos “de lujo”.

Uno le explicaba a los burgueses italianos y ellos tampoco entendían mucho la situación porque jamàs habían sufrido algo asì. Son tan ingenuos que creen que la distribución de las riquezas està hecha por mérito y con justicia y que a él le corresponde màs "porque él vale màs".

Esta es una visión muy difundida en la burguesìa de todo el mundo. No aceptan que él vive bien porque Europa tiene riquezas acumuladas desde sus colonias, que la burguesìa pone leyes que permiten que haya gente que no trabaje y viva bien u otras degeneraciones por el estilo.

Recuerdo que cuando daba lecciones en la Universidad argentina(4 o 5 horas a la semana) con un mes de sueldo no lograba comprar una cubierta del auto. Cuando daba clase en la superior aquì en Italia (las mismas horas), podía comprar las cuatro ruedas completas o un auto viejo usado con un mes de sueldo. Con esta diferencia tuve que hacer las cuentas de mi vida; un despertar de un engaño durado 35 años. No sabìa si agradecer a Italia o repudiar a Argentina.

Hoy los jóvenes de hasta 40 años no tienen trabajo y han vivido toda su vida en la abundancia y en el tirar manteca al techo. Se encuentran en la situación inversa a la mìa y con eso deben hacer las cuentas de sus vidas; incluidos mis hijos. Muchos irritados hay que hablan de empuñar armas, aunque lo digan por enojo. No conocían la humillación y logran ver hoy como se la pasò en Latinoamérica; una experiencia de vida impactante.

Existe también aquí un contraste social que irrita; no sería raro que se escape el muerto o la revuelta popular en los siguientes años. La crisis està al inicio y, aun siendo una hermosa experiencia de vida, no promete nada bueno. Quizàs dentro de 10 o 15 años se verán algunos cambios de tendencia y empezarà a mejorar.

Es extraño como el mundo gira y gira.

No sé porque escribì esto pero me vinieron las remembranzas de un pasado extraño que se representa hoy.

Saludos.