¡Ah!; sin alejarnos del élan de este hilo, llegados a donde estamos, ¿qué tal, mes amis/es, si hacemos un, digamos.., alto?

Humildemente, damas y caballeros, sugeriría, una sabrosa inmersión en el goloso mundo de la fruta de Eva (ya saben..; aquella pócima del SABER {sentido anglo-sajón, please...} tan y tan very exciting que el MAL, diabólicamente tramposo, ofreció al cándido instinto curioso del ser humano diciéndole, ¡para que PECARA eternamente!, que "os hará como DIOSES") ; ¿les parece?

¡Oh!; sumérjanse en la deliciosa aventura de buscar rosas para su paladar (ya saben que el manzano -o, Malus domestica- es un árbol de la familia de las rosáceas..; ¿no?), mes amis/es..; ¡no se dejen engañar por la chusma de golden delicious y starkings!, ¡no acepten, siquiera, verdes y olorosas granny smith recién traídas de la remota Australia; please!

Busquen, busquen, busquen y encontrarán, ¡SÍ!, alguien que, amorosamente, ha cuidado de su huerto y podrá ofrecerles, ¡SEGURO!, ¡oh, cette éclosion!, unas preciosas fragantes y olorosas camuesas del árbol que ama como a su propia vida envueltas en un maternal paño de blanquísimo algodón.

¡No!; no dejen que nadie profane su piel que no sea ustedes mismos/as; que, lo harán, lo .., con AMOR. Pélenlas en silencio devoto, acariciando su desnudez impóluta y tierna con el casi sagrado zumo vivificador de vigorosos y tersos limones cuyo tallo aún llore haber sido arrancado de su amada rama. ¡No, por favor!, ¡no dejen que nadie, salvo ustedes mismos/as, lo haga!

Escojan personalmente, en la tienda que les merezca MÁS confianza (¡no envilezcan todo pensando en la pasta, por Dios bendito!), auténtica harina de sagú y el mejor trigo candeal (¡alejen de ustedes las villanas sugerencias de substituirlo por arroz!); y, no paren hasta conseguir azúcar de verdad y miel, miel, MIEL. Serán, se lo aseguro, RECOMPENSADOS/AS.

Hagan el lokum con sus propias manos.. Sugiero de música ambiental algo renacentista a volumen practicamente imperceptible; para vivir cada sensación en el rendez-vous intensamente y con absoluta, relajante SERENIDAD. Estén atentos/as, por eso, a no pasarse con el jarabe de glucosa.., ¿eh?; ¡sería una CATÁSTROFE!

Simplemente, el corazón. Sólo han de quitarles el corazón.

Y, así, tal cual; encima. CORONANDO la maravilla.

Huelan sin rubor antes de que el horno MUTE su creación en CREACIÓN. Sepan que, ¡TAN bellas!, las nobles camuesas se ponen en sus manos; NO les fallen...

SÍ: ahí está.

¡Sería HERÉTICO saborear los placeres meta-olímpicos en soledad! Ahí está, tocando el timbre, en su home con el servicio de permiso, quien ustedes quieren que esté.

Trae, ¡sabe cuánto les gustan..!, un regalo: bolitas de chocolate hechas tal cual lo hacían aquellas como que casi míticas monjitas de Oaxaca. Y, además, les entrega, ¡oh, infinita PERFECCIÓN!, una botella de exquisita cidre doux ("no te preocupes: está recién salida del refrigerador, my dear..; como a tí te gusta"), ¡precisamente lo IDEAL para saborear lo que un delicioso aroma nómada anuncia palpita ya feliz en el horno!, y una hermosa botella de calvados ("me la han traído unos amigos de Normandie..; ¿te acuerdas de lo felices que fuimos en Normandie, my dear?").

SÍ: el horno ha terminado.

Ahora vendrá, se lo ASEGURO.., un purito ÉXTASIS.

Y, no necesitarán para ello, esta vez, leer, por ejemplo, algo devotamente classique.

Sigan mi consejo..; ¡olviden, para hacer un alto, pongo por caso el donut de manzana!, ¡no se conformen con sucedáneos!, ¡SABOREEN sin miedo la fruta de Eva!

SEPAN.

Dios Nuestro Señor ha hecho la creación, ¡no para que, orates, le retemos a comprenderla!, sino para que sepamos SABOREARLA.

Fijo, mes amis/es.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu

post scriptum.- la receta, ¡no es mía, por supuesto!, es de alguien queridísimo e importantísimo para mí: doña Consuelo, a.c.s.; una, ¡en tanto paladar y SABER; y, sobre todo, sensiblidad, decencia y HUMANIDAD!, exquisita sibarita..; ¡oh!, ¿saben?, doña Consuelo, a.c.s., cuando sus dientes, húmedos, ARDOROSOS, se hundían en la MARAVILLA, solía decir, ¡lucidísima, ahora lo VEO!, "¡oh!; porque SÉ que TEMO, que NUNCA dejaré, pase lo que pase, oiga lo que oiga, vea lo que vea, de TEMER, ¡oh!, sí!, ¡qué GOZO!, me ATREVO"; y, después, re-lamiéndose FELIZ, nos repartía, espléndida y cariñosa, en unos hermosísimos platitos de porcelana blanquísima cuyos bordes ¡estaban como bordados, mes amis/es!, deliciosísimos trocitos, cette éclosion!, de la MARAVILLA; mas.., ¡oh, sí!, NUNCA nos dijo que aquello era, digamos.., lo máximo, la meta, el summum; ¡todo lo contrario! Siempre insistía en que ¡ella ni siquiera había aprendido a hacerlo bien!; y, que aún recordaba perfectamente, no sólo que la anciana analfabeta bagdadí que se lo había enseñado ¡lo hacía tan bien que NO se parecía en nada a lo que ella, torpe inexperta, hacía!, sino que aquella mujer SIEMPRE le había dicho que ¡ella no tenía ni idea; que, NUNCA le había salido tan bien como le salía a su abuela!