Verdad es que debió callar. De una parte necesitaba el silencio, quizá primero que nada el suyo, pero las alas de su imaginación, tal vez llevadas por su propia incapacidad de
enfrentarse a si mismo, de asumir su soledad, lo impulsaban a inmiscuírse, a ser parte. "Estas alas de mierda...¡", pensó....

posible