¿Y qué le tengo que pedir a la vida? Si lo que me ha dado es más que suficiente para vivir horrorizado de lo que ella significa. Le pedí una sonrisa en mi rostro y me regaló un grito ahogado que se desvanece en las grutas del olvido. Le pedí lágrimas en mis ojos y solo me llevó a ver, con estos ojos escamosos, rios de brazos cercenados buscando asirse de algún cuerpo desollado. Le pedí un corazón fuerte y me brindó una viscera putrefacta que solo se alimenta de pus y dolor. ¿Para qué pedir más?
Pantomima.
"La comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo".
Albert Camus