Fijemonos que gran chuletón metieron durante unos 40 años algunos científicos.
En su deseo de hallar prueba de la existencia de hombres monos, algunos científicos han caído en los lazos del engaño directo; por ejemplo, el relacionado con el hombre de Piltdown, en 1912.
Por unos 40 años este fue aceptado como genuino por la mayoría de la comunidad evolucionista. Finalmente, en 1953 se descubrió el engaño cuando las técnicas modernas revelaron que huesos humanos y de antropoides habían sido combinados y tratados artificialmente para que representaran gran edad. En otro caso, en la prensa se presentó el dibujo de un eslabón perdido semejante a un antropoide.
Pero más tarde se reconoció que la prueba consistía en solamente un diente que pertenecía a una forma extinta de cerdo.
Menos mal que serías un aprendiz si no ya te veía defendiendo a capa y espada el hombre de Piltdown como el "eslabón perdido"