Los hebreos empezaban su día al anochecer, después de la puesta del Sol, y lo terminaban con la puesta del Sol del día siguiente, y aunque los hebreos empezaban oficialmente su día al anochecer, a veces se referían a él como si empezara por la mañana.
Por ejemplo, Levítico 7:15 dice: ·La carne del sacrificio de acción de gracias de sus sacrificios de comunión ha de ser comida en el día de su ofrenda. Él no debe guardar nada de ella hasta la mañana".
Este uso era solo un asunto de conveniencia al expresarse, para indicar que no debería guardarse nada de la noche hasta la mañana.
Jesús dijo: Hay doce horas de luz del día, ¿no es verdad?. Estas horas se contaban por lo general desde la salida hasta la puesta del Sol, o aproximadamente desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. Por lo tanto, la hora tercera correspondería más o menos a las nueve de la mañana