El REINO DE DIOS...

La verdadera Ley que Dios había dado a Moisés no fue abolida, porque aquella Ley era la Ley que Jesucristo nos reveló en el Evangelio. Las leyes del viejo testamento que fueron abolidas por Jesucristo, no eran la verdadera Ley que Dios había dado, sino que sólo eran preceptos de hombres, pues la Ley había sido cambiada por los escribas, como nos dice el profeta Jeremías:

"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).

Por eso el Pacto de Dios fue invalidado, porque los escribas habían cambiado la Ley.

Entonces, el profeta Jeremías anunció que Dios haría un Nuevo Pacto, y lo que muchos no comprenden es que la Ley del Nuevo Pacto (la Ley que Jesucristo nos enseña en el Evangelio) es la Ley que realmente había dado Dios a Moisés. Entonces, en el Nuevo Pacto, lo que cambia no es la Ley, la verdadera Ley que Dios había dado a Moisés, que es la Ley que Jesucristo nos reveló en el Evangelio. Lo que cambia en el Nuevo Pacto es el lugar donde Dios escribiría su Ley:

En el Nuevo Pacto, Dios no escribiría su Ley en tablas de piedra, pues la Ley que fue escrita en tablas de piedra fue cambiada por los escribas, y, por tanto, los hombres invalidaron el Antiguo Pacto, como nos dice el profeta Jeremías:

"He aquí que vienen días, dice Yavé, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Yavé".

¿Por qué el Pacto de Dios había sido invalidado?... Porque los escribas habían cambiado la Ley de Dios en mentira, como nos dice Jeremías 8:7-8, y entonces el pueblo estaba en tinieblas porque no conocía la verdadera Ley de Dios. Pero en el Nuevo Pacto, Dios daría su Ley en la mente de sus hijos y la escribiría en el corazón de ellos. Ahí nadie podría cambiar su Ley:

"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yavé: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yavé; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Yavé". (Jeremías 31,31-33).