
Iniciado por
misericordia
Tú solo recuerdas la sangre de Jesucristo y con ello quisieras ser salvo haciendo lo que a ti te de la gana. Pero Jesucristo también te mandó guardar sus mandamientos y predicarlos por todo el mundo, si quieres ser salvo.
Así que aprende los mandamientos de Jesucristo, y luego hablaremos de su salvación.
Hay que recordar muchas cosas
Jesús siguió enseñando
después que Murió
asi que si
hay que aprender
y poder enseñar lo que aprendemos
tenemos que sentarnos a un estudio concienzudo de las biblias
“Predica la palabra, censura, corrige, exhorta,
con toda gran paciencia y arte de enseñar.” (2 TIM. 4:2.)
A fin de cumplir nuestra comisión de hacer discípulos,
nos esforzamos cada día por mejorar la calidad de nuestra enseñanza.
El apóstol Pablo subrayó la importancia de ser un buen maestro
cuando escribió lo siguiente a Timoteo, uno de sus compañeros de predicación:
“Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.
Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo
y también a los que te escuchan” (1 Tim. 4:16).
Al hablar de enseñanza,
Pablo no se refería al simple hecho de llenar
la mente del estudiante de información.
El ministro cristiano competente
logra llegar al corazón de las personas
y motivarlas a hacer cambios en su vida,
y eso es todo un arte.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)