Las cosas malas que hacen los hombres las hacen contra los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio, que son los verdaderos mandamientos de Dios, y Jesucristo los enseñó en el Evangelio para que tuviéramos mucho cuidado en guardarlos y que así no pecáramos contra la verdadera ley de Dios.
Por eso debemos tener mucho cuidado con las biblias porque en ellas no todo es palabra de Dios, pues en las biblias hay escritos muchos mandatos que no son de Dios sino preceptos de hombres.
Y es que las biblias fueron impuestas por los poderosos de Roma y su religión del Imperio. Y en las biblias añadieron todos los mandatos del viejo Testamento que Jesucristo había abolido porque no eran verdadera ley de Dios, sino preceptos de hombres que habían sido añadidos a la ley por la pluma mentirosa de los escribas que habían cambiado la ley de Dios en mentira, como nos dice el profeta Jeremías en Jeremías 8:7-8 .