Conversación en el Reino de los Cielos entre dos benditos. Uno vivió en la Edad del Bronce. Otro, en el siglo XXI. Ambos están ahí en virtud del versículo Mateo 25:40.

Hombre de bronce: - Hola, ¿Qué tal?-
Hombre siglo XXI: - Hola, bien ¿Y tú?-
Hombre de bronce: - Bien. Con bastantes años más que tú -
Hombre siglo XXI: - No digas eso. Los científicos llaman a esa diferencia de años “instantes” de la historia de la Humanidad –
Hombre de bronce: - Oye. Tengo una duda –
Hombre siglo XXI: - Dime. Es posible que sepa aclarártela –
Hombre de bronce: - Yo creí en Dios porque pensé que los truenos y los relámpagos eran manifestaciones de Él -
Hombre siglo XXI: - Muy lógica tu forma de pensar -
Hombre de bronce: - Cierto. Pero tú, sabiendo que eran efectos naturales, también creías en Dios -
Hombre siglo XXI: - ¡No me vayas a escurrir el bulto! Tú, o alguno de tu época, escribió un libro que dijo se lo había inspirado Dios en persona. La Biblia -
Hombre de bronce: - ¡Para! ¡Para! ¿Cómo se llama el escritor? Es posible que le conozca -
Hombre siglo XXI: - No es uno. Al menos son cuarenta. Pero no conozco el nombre de ninguno –
Hombre de bronce: - Ahora lo entiendo. ¡Tú estás en la sala equivocada! -
Hombre siglo XXI: - ¿Qué dices?
Hombre de bronce: - Aquí hay una sala para los INOCENTES. Ahí deberías estar tú -