Si Dios Padre quiso ampliar su pueblo a los gentiles, y envió a su Hijo al mundo para redimirnos, no hay duda que careció de imaginación para presentar el nacimiento de su Hijo.
¡Qué alarde de “multitud de huestes celestiales” lanzando alabanzas sobre unos pastores y sus ovejas!
Nada le hubiera costado enviar tanta parafernalia sobre los cielos de la ciudad de Jerusalén, tan amada por Él según las Escrituras.
¿Tiene algún sentido lógico lo narrado en los siguientes versículos de Lucas, suponiendo que se trata del nacimiento del Hijo de Dios, anunciado durante milenios (según los cristianos) en el Antiguo Testamento?
Lean. No tienen desperdicio.
“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
14 !!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.
18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.
19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.”
(Lucas 2:8-20 Reina-Valera 1960)
La Verdad nos hará libres.