Cita Iniciado por Ju@njo Ver Mensaje
Buenas KIMO,

"Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes;" Mateo 12, 7

Esta enseñanza vale para hace 2000 años y te vale a ti hoy KIMO, si los judíos hubieran entendido lo que quiere decir "Misericordia quiero, y no sacrifio" no habrían condenado a Jesucristo.

Claramente te dice Dios que no le agradan los sacrificios en muchas de las enseñanzas. Cumplir con la misericordia significa eliminar cualquier tipo de sacrificio, incluido el sacrificio imperdonable que le hicieron a Jesucristo, porque en la misericordia no hay cabida para ningún sacrificio, ya sea de animal o de condena de inocentes como en el caso de Jesucristo.

Si atendieras más a las enseñanzas del Evangelio de Dios ya sabrías todo esto.
Hebreos 10:8-10
Palabra de Dios para Todos (PDT)


8 Cristo comienza diciendo: «No te agradan los sacrificios ni las ofrendas.
Tampoco te gustan los sacrificios de animales muertos y quemados,
ni los sacrificios que se ofrecen por los pecados», aunque todos estos sacrificios los ordena la ley.

9 Luego añade: «Aquí estoy, Dios. En el libro de la ley está escrito acerca de mí:
Vine a hacer lo que tú quieres que haga». Dios reemplaza el primer sistema de sacrificios por el sacrificio de Cristo.
10 Por eso el sacrificio del cuerpo de Cristo nos hace santos.
Él cumplió con lo que quería Dios cuando se entregó por nosotros una sola vez y para siempre.



ROBERTO NOS EXPLICO ESTE TEXTO
Roberto0;1695236114 escribió:
Por que Dios no queria esos sacrificios que mandaba la ley

por eso le preparo un cuerpo y quito lo primero'y establecio lo segundo

estudis
y ora por entendimiento

Eso es correcto Roberto
muy bien explicado

Y para añadir a los que nos dice Robert
En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan sacrificios ni ofrendas de animales,
ni holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer.
Y después añade:«Aquí vengo para hacer tu voluntad.
Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo.
Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios
al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre.