Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
No hay otro nombre que se dio bajo el cual podemos ser salvos
solo en el nombre de Jesus

No por nuestras obras
no es por predicar que nos salvamos

Nos salvamos ejerciendo fe
en el rescate de Jesus
el pago el precio y nos rescato
del pecado y la muerte


Apocalipsis 1:5 Nueva Biblia Viva (NBV)
5 y de parte de Jesucristo, el testigo fiel,
que fue el primero en levantarse de entre los muertos
y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra.
Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,

Romanos 3:25-26 Nueva Biblia Viva (NBV)
25-26 Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados.
Cuando creemos esto,
Dios nos perdona todos nuestros pecados pasados,

pues nos tiene paciencia.
De esa manera da a conocer su justicia y muestra que él es justo
y que nos hace justos por tener fe en Cristo Jesús.

Dios inspiró al apóstol Pedro a decir acerca de Jesús:
“No hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo
que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos.” (Hechos 4:12)

El que nos dio ese nombre es el Dios de Jesús

Por miles de años hombres de fe han esperado el cumplimiento de esta esperanza,
y las promesas de Dios les dieron buena razón para ello.

Al cabeza de familia hebreo Abrahán,
Jehová le prometió que “todas las naciones de la tierra” se bendecirían por medio de su “descendencia.”
Esa “descendencia” resultó ser principalmente Jesucristo. (Génesis 22:18; Gálatas 3:14-16, 28, 29)

Dios también hizo estipulaciones para que hubiera un sacerdocio y sacrificios bajo la Ley que le dio a Israel.
Estas cosas también señalaban hacia Jesús.

Romanos 3:25-26 Nueva Biblia Viva (NBV)
25-26 Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados.
Cuando creemos esto, Dios nos perdona todos nuestros pecados pasados,
pues nos tiene paciencia. De esa manera da a conocer su justicia y muestra que él es justo
y que nos hace justos por tener fe en Cristo Jesús.

Dirigían la atención a él como el gran Sumo Sacerdote
y al sacrificio de su propia vida humana como el medio para quitar para siempre los pecados
y traer liberación aun de la muerte.

(Gálatas 3:24; Hebreos 9:11, 12; Juan 1:29)

(Gálatas 3:24) Así que la Ley llegó a ser el tutor que nos guio hasta Cristo,
para que se nos pudiera declarar justos por la fe.

(Hebreos 9:11, 12) Sin embargo, cuando Cristo vino como sumo sacerdote
de las cosas buenas que ya han sucedido, entró en la tienda más importante y más perfecta,
que no fue hecha por manos humanas, es decir, que no es de esta creación.
12?Él entró una vez y para siempre en el lugar santo,
pero no con la sangre de cabras y de toros jóvenes, sino con su propia sangre,
y consiguió una liberación eterna para nosotros.


(Juan 1:29) Al día siguiente, Juan vio a Jesús viniendo hacia él y dijo:
“¡Miren, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!