Cuando estudiamos la Ley mosaica,
descubrimos lo mucho que nos ama nuestro Dios lee Romanos 13:8-10.

la Ley mosaica se basaba en el amor
Porque Jehová hace todas las cosas movido por este sentimiento

Los más de seiscientos mandamientos
que componían la Ley descansaban sobre dos mandatos básicos:
amar a Dios y amar al prójimo


(Mateo 22:36-40)
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”.
37 Él le contestó: “‘Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente’.
38 Este es el primero y el más importante de los mandamientos.
39 El segundo, que es parecido, dice:
‘Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo’.
40 En estos dos mandamientos se basan toda la Ley y los Profetas”.

La ley sobre la codicia. El décimo mandamiento
prohibía codiciar, es decir, desear con intensidad
algo que le pertenece a otra persona como las riquezas de los ricos

(Deut. 5:21; Rom. 7:7).

Con esta ley, Jehová les enseñó una lección valiosa a sus siervos:
debían proteger sus pensamientos y sentimientos, o sea, su corazón.
Él sabe que las malas acciones se originan en los malos pensamientos y sentimientos (Prov. 4:23).

Si un israelita permitía que los malos deseos
crecieran en su interior, era probable que no mostrara amor a los demás.
Eso fue lo que le pasó al rey David.
No era una mala persona,
pero en una ocasión deseó a una mujer casada,
y ese deseo lo llevó a pecar (Sant. 1:14, 15).

Cometió adulterio con ella, trató de engañar a su esposo
y por último se aseguró de que este muriera en batalla
(2 Sam. 11:2-4; 12:7-11).