El apóstol Pablo escribió:
“Que el matrimonio sea honorable entre todos,
y el lecho conyugal sea sin contaminación” (Heb. 13:4).
Con estas palabras,
no estaba haciendo un comentario de carácter general.
Más bien, les estaba mandando a los cristianos
que consideraran valioso el matrimonio.
¿Es así como vemos nosotros
el matrimonio en general y el nuestro en particular?