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tomas0402
Tanto repetís lo de predicar los misericordiosos evangelios, que da la sensación de que os habéis olvidado de otras cosas que también dijo Jesús.
Lo de predicar los evangelio se lo dijo a sus discípulos expresamente.
Para el resto de creyentes, Jesús dijo otras cosas.
No cabe duda que son cosas muy fuertes. Tan fuertes que nos llevaría a hacernos la pregunta que se hicieron sus discípulos entonces: “¿Quien, pues, podrá ser salvo?”.
Claro; que siempre queda un recurso de evadirse: <Esto está escrito en sentido figurado>.
Y yo me pregunto: en un escrito inspirado por Dios ¿Quién está facultado legalmente para discernir si es real o figurado?
Bueno; y ahí está lo que narra el evangelio, concerniente a lo que estoy comentando.
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, y a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra. 36 Y los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí”. (Mateo 10:34-38)
“Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, esposa, hijos, hermanos, hermanas y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo”. (Lucas 14:26-27)
No hay duda que Jehová, en el Antiguo Testamento, dio pruebas suficientes de que era un dios completamente absorbente.
También resulta evidente que, en el Nuevo testamento, su hijo le supera con creces: “y no aborrece […] también su propia vida, no puede ser mi discípulo”.
La Verdad nos hará libres.