«Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin», dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. (Ap 1:8)
«Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin», dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. (Ap 1:8)
El ego es un eje demasiado débil para hacer girar nuestra vida en torno a él.