Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
Nos preguntamos-

¿Ha declarado Dios alguna vez
que se pediría cuentas a la persona
que causara daño a una criatura aún no nacida?

AJA!!!
AQUÍ ESTA....


Éxo. 21:22, 23:

En caso de que haya hombres luchando el uno con el otro
y realmente lastimen a una mujer encinta

y efectivamente salgan sus hijos pero no ocurra un accidente fatal,
sin falta ha de imponérsele el pago de daños conforme a lo que
le imponga el dueño de la mujer;
y tiene que darlo por medio de los jueces.
Pero si ocurre un accidente mortal,
entonces tienes que dar alma por alma.


Con este texto biblico de la ley que dio Jehova...

¿Y qué te hace pensar que esa ley fue realmente dada por Dios? Jesús abolió la ley que mandaba ojo por ojo y diente por diente. Y eso indica claramente que esa ley no fue realmente dada por Dios pues Jesús advirtió que Él no vino a abolir la ley de Dios.

Todos los mandatos del Antiguo Testamento que Jesús anuló no eran verdaderamente Ley de Dios, pues Jesús no vino a abolir la ley de Dios. Entonces, comprendiendo que en el Antiguo Testamento hay muchos mandatos de hombres, mandatos que no fueron realmente dados por Dios, debemos basarnos en lo que nos enseña el Evangelio. Y respecto al tema que estamos tratando, el aborto, te respondí esto:


Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje
...el Evangelio nos enseña que bebés no nacidos fueron llenos del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre:

'Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
1:14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;
1:15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre'.
Lucas 1:

Debes comprender que el Evangelio es el que tiene toda la autoridad, pues en la Biblia hay muchos escritos que son contrarios al Evangelio y por tanto no son de Dios. Entonces, para saber si una escritura tiene autoridad, hay que comprobar que coincida con la enseñanza del Evangelio y no la contradiga.