
Iniciado por
Iñigo Montoya
yo he hablado con muchos testigos, he visto cosas malas y he visto cosas buenas, cuando cosecho la huerta nunca guardo lo malo,
Gracias Íñigo agradezco tu aporte.
Creo que eres TdJ por lo que valoro doblemente lo que dices.
Cada uno coge y lee las fuentes qué desea, no hay nada reprobable en ello.
Pero me revienta ver que alguien corto de miras (me refiero a Eli) porque por disciplina de la organización califica y reprocha que por dudar, que es lo único que hice ayer en el hilo de los Reyes, me diga que finalmente descubro mi careta de ansias de superioridad. Me acabo de levantar y aún estoy calentito con el tema.
Uno ha de saber dónde está el límite de lo que acaba siendo descalificación personal.
Me he mordido mucho la lengua, pero como veo que no piensa limitar sus comentarios a dar su opinión sobre religión y continúa entrando en lo personal, yo haré lo mismo.
Me siento atacado y aunque hasta ahora no contestaba con la misma mala leche de sus comentarios, ahora sí.
Éxodo 21:24, 25
24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,a 25 marca candente por marca candente, herida por herida, golpe por golpe.
En la web TdJ dice que ya no hay que aplicar esta ley desde que murió Jesús.
Moisés creo que la aporta en el AT y Jesús la vuelve a mencionar. Tras su muerte (me refiero al Jesús histórico) Pablo en sus cartas plantea que con su muerte ya no hace falta aplicarla... a lo TdJ. Porque yo lo valgo...
Romanos 10:4
4 Porque Cristo es el fin* de la Ley,a para que todo el que ejerza fe tenga justicia.
De ahí los TdJ deducen que lo dicho por Moisés y mencionado por Jesús ya no hay que aplicarlo.
Bueno, pues no estoy de acuerdo. A menos que consideres a Pablo profeta o algo parecido.
O todo o nada.
Yo aplicaré Mi interpretación. No necesito que nadie me lea e interprete por mi las escrituras.
Si no sabe separar la paja mental del deducible
grano creo que cabe preguntarse qué se pretende.
Última edición por JacTT; 20-mar.-2019 a las 04:38
Reza lo que te dé la gana, pero no dejes de remar hacia la orilla.