Cita Iniciado por María_Laura3 Ver Mensaje
Lo que fue quitado son los mandatos del Antiguo Testamento que no fueron dados por Dios sino que eran mandatos de hombres. Por eso Jesús los anuló, pues Jesús no vino a quitar (abolir) la Ley de Dios.

No hay que hacer sacrificios porque los sacrificios son mandatos de hombres, no de Dios, pues Dios no quería sacrificios ni había mandado sacrificios:



Todo lo que requiere la Ley que en verdad fue dada por Dios nunca ha sido quitado, sino que siempre estuvo vigente y sigue estando vigente, porque la Ley que en verdad fue dada por Dios son los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio, y no los mandatos del Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres matar, hacer guerras, esclavitud y sacrificios.
Todos los sacrificios efectuados bajo el pacto de la Ley señalaban a Jesucristo y su sacrificio o a los beneficios que se derivan de dicho sacrificio.


3 Porque todo sumo sacerdote es nombrado para ofrecer tanto dádivas como sacrificios; por lo cual fue necesario que este también tuviera algo que ofrecer. 4 Pues bien, si estuviera sobre la tierra, no sería sacerdote, puesto que hay [hombres] que ofrecen las dádivas según la Ley, 5 pero los cuales [hombres] rinden servicio sagrado en una representación típica y sombra de las cosas celestiales; así como Moisés, cuando estaba para hacer la tienda hasta completarla, recibió el mandato divino: Porque dice él: “Ve que hagas todas las cosas conforme a [su] modelo que te fue mostrado en la montaña”. 6 Pero ahora [Jesús] ha obtenido un servicio público más admirable, de modo que también es mediador de un pacto correspondientemente mejor, que ha sido establecido legalmente sobre mejores promesas.
Hebreos 8:3-6



9 Esta misma [tienda] es una ilustración para el tiempo señalado que está aquí ahora, y en conformidad con tal [ilustración] se ofrecen tanto dádivas como sacrificios. Sin embargo, estos no pueden perfeccionar en cuanto a su conciencia al [hombre] que efectúa servicio sagrado, 10 sino que tienen que ver solamente con alimentos y bebidas y diversos bautismos. Eran requisitos legales que tenían que ver con la carne y que fueron impuestos hasta el tiempo señalado para rectificar las cosas.
Hebreos 9:9

5 Por eso, cuando entra en el mundo, él dice: “‘Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. 6*No aprobaste holocaustos ni [ofrenda por] el pecado’. 7 Entonces dije yo: ‘¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios’”. 8 Después de primero decir: “No quisiste ni aprobaste sacrificios ni ofrendas ni holocaustos ni [ofrenda por] el pecado” —[sacrificios] que se ofrecen según la Ley— 9 entonces realmente dice: “¡Mira! He venido para hacer tu voluntad”. Elimina lo primero para establecer lo segundo. 10 Por dicha “voluntad” hemos sido santificados mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.
Hebreos 10:5-10

Así como Jesucristo fue un hombre perfecto, todos los animales sacrificados también tenían que ser sanos y sin tacha


Por eso Pablo pudo escribir que “no es posible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados”. Aquellos sacrificios servían solo como una cubierta representativa o simbólica en espera del rescate que habría de venir.
(Hebreos 10:1-4.)