Jesús no anuló la verdadera Ley de Dios, que es la que Jesús mismo nos enseñó cuando predicó el Evangelio, pues dijo que la Ley y los profetas es ésta:
Mateo 7:12
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas.
Así que ésta es la Ley que Jesús no anuló. Pero, con sus enseñanzas del Evangelio, Jesús SÍ anuló del Antiguo Testamento todos los mandatos que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas. Y después de conocer las enseñanzas de Jesucristo, los cristianos sabían que no debían hacer daño a nadie, pues Jesús mandó perdonar, amar a los enemigos y tener misericordia con todos.
Jesús anuló claramente la ley que mandaba "ojo por ojo y diente por diente", pues dijo así:
Mateo
5:38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra(...........)
Jesús cumplió la Ley del Evangelio, que es la verdadera Ley de Dios. Jesús no cumplió los mandatos del Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas, y enseñó que los hombres no hicieran daño ni mataran a las personas.Jesús cumplió la ley como judío que fue. Además, (.......)
Lee este ejemplo del Evangelio para que veas que Jesús NO CUMPLIÓ la ley que mandaba matar a pedradas a la mujer que los judíos trajeron ante Jesús diciendo que había cometido adulterio:
Juan 8:3-11
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? (.......)
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Aquí podemos ver que Jesús NO CUMPLIÓ la ley del Antiguo Testamento que los judíos decían que era Ley de Moisés y que mandaba matar a pedradas a aquella mujer, pues Jesús, que estaba libre de pecado, NO LA CONDENÓ.