Cita Iniciado por Eli_yahu Ver Mensaje
Eso, eso, recuerde lo que Jesús le dijo a la mujer adúltera:

Juan 8:11 (...) “Tampoco yo te condeno. Vete; desde ahora ya no practiques pecado”.

Ya ve que no la condenó, pero le dijo que no siguiera practicando el pecado del adulterio.
¿Y cuál era el pecado de adulterio? Jesús dijo:

"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mateo 5,27-28.).

Entonces, los hombres adulteran cuando miran a una mujer para codiciarla (para querer tenerla como si fuera una propiedad, esclava y amenazada de muerte).

Y Jesús también le dijo a la mujer que no pecara más. ¿Y qué tenía que hacer la mujer para no pecar más?... ¿Volverse con su marido?... ¿Qué es lo que tenía que hacer la mujer para no pecar más?... Lo que tenía que hacer era seguir a Jesucristo y aprender lo que Jesucristo enseñó sobre los matrimonios. Y lo que Jesucristo enseñó es lo siguiente:

"Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento".(Lucas 20:34-36)

Entonces, esto es lo que tenía que hacer la mujer para no pecar más: no volverse a entregar como esclava a los hombres que adulteran codiciando a las mujeres para tenerlas de esclavas y amenazadas de muerte.

Adulterar es desobedecer el mandamiento de Jesús que dice que los que son dignos del reino de Dios "ni se casan ni se dan casamiento". El Evangelio nos dice que muchas mujeres seguían a Jesús y le servían con sus bienes. Y algunas de ellas habían estado casadas:

"Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes" (Lucas 8:1-3)

Como podemos ver, a Jesús le seguían muchas mujeres, y algunas, casadas, que abandonaban sus casas y sus maridos y se iban con Jesús. Y es que aquellas mujeres habían comprendido que Jesucristo era el verdadero Esposo. Los apóstoles también lo habían dejado todo y se habían ido con Jesús.

"Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna" (Mateo 19:27-29)

Como vemos, los judíos que querían seguir a Jesús, tenían que dejar sus casas y su forma de vida judaizante, y especialmente las leyes judías que contenían muchos preceptos de hombres. Y también los contratos de matrimonio que hacían los judíos y que eran trampas de esclavitud y de penas de muerte para las mujeres acusadas de adulterio.

Seguir aquellas leyes era de hombres pecadores. Por eso, el Señor le dijo a la mujer: Ni yo te condeno, "Vete y no peques más" (que no se volviera de nuevo a las leyes judías cargadas de preceptos de hombres donde las mujeres podían ser condenadas a muerte).