
Iniciado por
Eli_yahu
El forista Porque25 confunde dos cosas muy diferentes: el propósito justo de la Ley y el fariseísmo. Jesús no condenó la Ley ni la juzgó incorrecta, pues Jesús sabe que la Ley fue aprobada por su Padre y dictada con un propósito correcto. Lo que Jesús condenó fue la forma desajustada en que los fariseos estaban considerando la Ley. No es lo mismo cumplir un mandamiento por legalismo y exagerarla, que cumplir un mandamiento porque se comprende su importancia y conveniencia para el propio hombre.
Cuando Jesús habló de la Ley (como muestro en mi comentario anterior) desde el punto legalista la hizo mucho más pesada de lo que ya era; no era porque los principios que Jesús enseñaba fueran más estrictos de los mandamientos de la Ley; el punto del discurso de Jesús sobre la Ley es que si vas a hacer una cosa y pretender que la haces bien, pues tienes que ir hasta lo más profundo de ella o no cumples nada en realidad. Jesús estaba como diciendo: "te quieres salvar por obras de Ley? ... pues escucha lo que en realidad no estás haciendo aun".
La Ley como mandamiento demuestra que los humanos no podemos cumplir con simplemente preceptos por temor a ser condenados, sino porque entendemos, insisto, su valor y conveniencia. Nadie puede cumplir la Ley a perfección, porque si lo hiciéramos seríamos perfectos en todo sentido. La Ley de Moisés si fuera cumplida a cabalidad por una simple persona, indicaría que esa persona es completamente fiel a todo y perfecta en rectitud, capaz de ganarse la vida eterna por sus actos únicamente; pero se hizo obvio para quienes entendieron (como Pablo nos informa), que la Ley es imposible de seguir a plenitud por humanos imperfectos, y por eso precisamente se acordó que Jesús pagara un precio que permitiría a las personas imperfectas e incapaces de guardar una ley perfecta, la oportunidad de no ser condenados a muerte por no cumplir con todo lo que se exige de una persona perfecta.
Sin adentrarme mucho en escatología, considero un punto: en el Milenio en que Jesús vá a ser Rey sobre la humanidad redimida, la humanidad tendrá que cumplir con nuevos estatutos. A los seres humanos cuando sean hechos perfectos mediante la educación que se les dará en el Milenio y toda la obra de perfeccionamiento de los seres humanos que Jesús hará durante ese período como Sumo Sacerdote ante Dios a favor de los humanos, se les darán estatutos nuevos que deberán cumplir para mantener su posición de justos delante de Dios. Para ser hijos de Dios no solo se requiere ser perfectos en cuerpo y mente, sino ser perfectos en justicia, y eso requiere que existan estatutos o reglas que mantengan esa justicia viva. Esos son los nuevos rollos que se abrirán en el Milenio. Todo ser en el Universo debe obedecer requisitos para mantenerse en el camino que es perfecto delante de Dios. Ahora es imposible por cuanto como se demostró por la Ley de Moisés, no pueden los humanos imperfectos en cuerpo y mente obedecer una ley perfecta ni aunque se esforzaran al máximo.
Esas son ideas que se entienden directamente de las enseñanzas inspiradas de Pablo, y que dirigen la atención a Jesús: el Agente Perfeccionador de nuestra fe. Sin el sacrificio de Jesucristo los humanos estábamos condenados a vivir bajo estatutos sin estar correctamente dispuestos para ello, o sea que ... condenados sin remedio. Gracias a Dios el sacrificio de Jesús solucionó ese problema, hasta que los redimidos puedan ser perfeccionados en mente y cuerpo durante el Milenio, y luego, demuestren mediante obras justas de obediencia a esos nuevos rollos, que son personas fieles a los principios justos de Dios y merecedores de seguir viviendo para siempre.