Cita Iniciado por María_Laura3 Ver Mensaje
Te equivocas, ROOST, porque el Evangelio nos enseña los mandamientos que en verdad fueron dados en el Sinaí, pues Jesús es Dios mismo que se hizo carne y cuando predicó el Evangelio enseñó los mandamientos que en verdad había dado Él mismo a Moisés.

Los mandamientos que encuentras escritos en el Antiguo Testamento permiten que los hombres sean dueños de otros hombres y los tengan como siervos o esclavos, pero Jesús no quiere la esclavitud, la dejó anulada porque no fue en verdad ordenada por Dios, sólo eran preceptos de hombres.

Los mandamientos que fueron en verdad dados en el Sinaí son los mandamientos del Señor Jesús, no los mandamientos del Antiguo Testamento que permiten la esclavitud, o que permiten que unos hombres tengan muchas posesiones mientras otros no tienen nada o son muy pobres, pues Jesús mandó a un hombre rico que vendiera todo lo que tenía y lo diera a los pobres.
Cita Iniciado por ROOST Ver Mensaje
Falso ,, A Jesús Se le olvido Mencionar todos ,,

Claro que al escritor se le pudo haber pasado ,,

Fíjate bien en tus respuestas, ROOST. No quieres aceptar que los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio son los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios, y después, cuando Veritas dice:

Cita Iniciado por Veritas Ver Mensaje
No, Dios jamás mandaría a que se mate
Tú respondes:

Cita Iniciado por ROOST Ver Mensaje
Moisés dijo lo contrario ,,
Y yo te pregunto: ¿Cómo puedes asegurar que Moisés dijo que Dios había mandado a los hombres matar?

Por tus respuestas, se ve claramente que no quieres aceptar lo que Jesús enseña en el Evangelio, y que prefieres aceptar todo
lo que está escrito en el Antiguo Testamento como si todos los mandatos del Antiguo Testamento hubieran sido realmente dados por Dios y dichos por Moisés.

Debes examinarte a ti mismo, porque se ve que tratas de despreciar el Evangelio y denigrarlo, y de ese modo estás combatiendo contra la enseñanza más preciosa y perfecta que ha conocido la humanidad para el bien de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

No debes odiar la enseñanza del amor, la misericordia y el perdón que el Señor Jesús nos dio cuando predicó el Evangelio.